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Emociones básicas y psicología

por Beatriz (Psicóloga)
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A lo largo de nuestra vida, vivimos –inevitablemente- influidos por una serie de emociones que, pese a procurarlo infatigablemente, no somos capaces de supervisar. Si bien muchos somos capaces de reconocer este género de emociones, poquísimos las conocen de veras, por lo que nos vemos arrastrados por bucles sensibles que nos atrapan y no nos dejan ver la realidad.
En psicología–aunque depende de cada paciente- trabajamos las emociones básicas para poder asistir a los pacientes que o no pueden hacerles frente; o que se han visto arrollados por ellas, dejándoles secuelas que no son capaces de dominar.
No debemos olvidar que las emociones básicas juegan un papel fundamental durante nuestra vida. Son, en esencia, los conductos por medio de los que nos podemos manifestar y expresar. Como ya hemos dicho, bastantes personas son capaces de apreciarlas, de reconocerlas, mas poquísimas las conocen realmente. Por eso, deseamos ofreceros las funciones y la manifestación de las emociones básicas que se trabajan en sicología.

El amor

Con este género de emociones, trabajamos nuestros vínculos afectivos desde que nacemos para poder integrarnos en sociedad. Ya sea a nivel familiar, de amistad o romántico, el amor nos ayuda a establecer nuestro comportamiento en frente de una persona o a un conjunto. Evidentemente –y como cada cosa que pasa en nuestro cuerpo- todo se genera en nuestro cerebro, alén de que podamos sentir mariposas en el estómago o un reflejo físico de una reacción química en nuestro cerebro.
Esta emoción básica nos genera sentirnos dichosos, contentos si bien las cosas vayan mal y, lógicamente, deseoso. El aumento de la autoestima es notable, como las ganas de vivir.


Aunque no lo parezca, estar enamorados tiene múltiples beneficios. El amor hace que aumenten nuestras defensas –haciendo que descienda el peligro de contraer enfermedades-, reduce el agobio y la ansiedad, ayuda a eludir inconvenientes de corazón, remoza nuestra piel y nos da vitalidad. Los cambios de este género de emociones básicas son puramente físicos y nos hacen sentirnos mucho mejor y resultan buenos hasta para nuestro aspecto.

En esencia, se ve un mayor nivel de:

  • endorfinas
  • dopamina
  • oxitocina
  • norepirefrina
  • aumento de estrógenos y más melatonina

Menor nivel de:

  • cortisol

La ira o la rabia

Aunque socialmente no está bien visto, como humanos, debemos manifestar la saña que llevamos dentro ya que sino más bien, tiende a acumularse. Generalmente, son las mujeres las que más inconvenientes tienen para expresar la ira ya que no es políticamente adecuado hacerlo en sociedad. Por eso, en sicología, se tratan considerablemente más estos temas referente a las emociones básicas. La saña o la ira no es para nada una emoción que debamos desechar ya que es la que nos ayuda a darnos verdaderamente cuenta de lo que es indispensable para nosotros y nos ayuda a amoldarnos al ambiente. La ira, tiende a acumularse en la tripa o en el pecho, si bien es verdad que en muchas ocasiones puede llegar a ubicarse en las extremidades.
Al contrario que el amor, la ira acostumbra a manifestarse considerablemente más con la gente a la que deseamos y en la que confiamos. No obstante, una forma perfecta de soltarla es haciendo ejercicio físico.

La tristeza

Esta asimismo es una de las emociones básicas que, con el paso del tiempo, se ha hecho tabú. Parece que, lo mejor para vivir en sociedad, es estar siempre y en toda circunstancia feliz. Mas la tristeza es una emoción tan sana como cualquier otra y que, además de esto, nos ayuda a repararnos en frente de las pérdidas. Si bien no lo queramos, en nuestro día a día, es un sentimiento preciso para vivir y poder encarar todo lo que se nos viene encima con el trascurso del tiempo.
En general, a esta emoción la ubicamos en el pecho o en el corazón, ya que cerca está el diafragma, el que expresa la tristeza haciéndonos hiperventilar.
Este sentimiento se expresa a través del lloro, si bien en ocasiones se transforma en ira transcurrido un tiempo si no se trabaja apropiadamente. Para poder soportarla mejor, los sicólogos aconsejamos redactar o efectuar alguna forma de expresión artística para poder desahogarnos y que la tristeza no se transforme en saña.

La alegría

Esta emoción básica nos ayuda a ser considerablemente más creativos ya que cuando la experimentamos, se efectúan exactamente las mismas conexiones neuronales que con el amor. En líneas generales, se nos activan todos y cada uno de los canales del cuerpo haciéndonos entrar en un estado de bienestar, el que ayuda a prosperar nuestra circulación sanguínea y a nuestra actividad cerebral.
Además de sonreír continuamente, la alegría acostumbra a concentrarse en el estómago, haciéndonos sentir verdaderamente completos y satisfechos. La mejor manera de expresarla es deshaciéndonos de ese exceso de energía que nos da, ya sea a través del baile o de algún género de ejercicio.
Este género de emociones básicas, está muy admitido socialmente por lo que, los comportamientos derivados de la alegría, son mucho mejor recibidos en los conjuntos. De esta manera, la alegría se transforma en una emoción que acaba siendo contagiosa.

El miedo

Parece ser que las emociones básicas negativas no están bien vistas y, con el temor, no iba a ser menos. Pese a ser la expresión más profunda de nuestro instinto de supervivencia y protección, no es una cosa que sea agradable expresar en sociedad. Esta emoción tiende a paralizarnos, por más que nuestro cuerpo reacción instintivamente al temor.

Los síntomas más habituales son:

  • taquicardias
  • sudoración
  • palpitaciones
  • boca seca
  • temblores y un largo etc. de reacciones negativas para nuestra consciencia.

Sin embargo, el temor nos ayuda a reconocer que algo no nos agrada, es como el sexto sentido que todos precisamos. Cuando sentimos una necesidad de escapada –en mayor o menor medida- esto desea decir que hay algo que no nos agrada, que nos provoca temor y/o rechazo.
No es malo sentir miedo hacia determinadas cosas, como todas y cada una de las emociones negativas, es bueno hacerlo si bien, en una escala del cero al uno, debemos procurar sostenernos en el cuatro o cinco.

Lo que siempre y en todo momento se debe tomar en consideración es que, reconocer y expresar las emociones es principal ya que, gracias a ellas, aprendemos a autogestionarnos.

Las emociones básicas son la primera toma de contacto con nosotros mismos: saber de dónde nacen, implica saber de qué manera manejarlas.

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